El blues es el maestro. El punk es el predicador. Se trata de emoción y energía. Experiencia y talento en bruto, espíritu e intelecto. Suceden cosas emocionantes cuando estas cosas chocan. Bob Vennum y Lisa Kekaula hicieron realidad The BellRays en 1990 en Riverside, California, pero en realidad no estaban pensando en nada de esto en ese momento. Querían tocar música y querían que se sintiera bien. Querían que la gente QUIERA levantarse, NECESITABA levantarse y comprobar lo que estaba pasando. Formar una opinión. Reaccionar. Entonces tomaron todo lo que sabían; los Beatles, Stevie Wonder, los Who, los Ramones, Billie Holiday, Lou Rawls, Hank Williams, los DB, Jimmy Reed y Led Zeppelin (por nombrar algunos para quienes “BLUES IS THE TEACHER”) y lo pusieron en servicio. Desde entonces, esas bandas y artistas se han convertido en “palabras de moda”, cosas para imitar y como sonar. Esa nunca fue la intención de The BellRays. Los BellRays nunca se propusieron crear un “sonido” o encajar en una escena. Se trataba de la energía que hacía que toda esa música fuera tan irresistible. Las influencias de los BellRays aprendieron del Blues y luego aprendieron a hacerlo suyo. Los Beatles querían tocar R&B, convirtieron esa energía e inventaron el “Rubber Soul”. Los Ramones intentaban ser Del Shannon o Neil Sedaka y salió “Rocket to Russia”. Es un rastro orgánico que fluye a través de Bob y Lisa y la sección rítmica actual de Pablo Rodas (Lisa and the Lips, Alber Solo) en el bajo y Craig Waters (Countdowns, Andre Williams, Cody Chestnut) en la batería, y sale honesto y urgente. . Aprenderás y sentirás. El blues siempre enseña y el punk siempre predica.